martes, 30 de junio de 2009

3. Planteamiento + Tema + Conclusión = ARGUMENTO !!!

El PLANTEAMIENTO de una historia, nos ofrece sólo una parte de la historia, el principio, el detonante que hace que las cosas ocurran, la frase que suele aparecer en los carteles: "Un accidente, Diez supervivientes, a 3.000 millas de la civilización" (El Vuelo del Fénix, 2004), "Nada ni nadie la detendrá... en su camino hacia el éxito" (Todo por un Sueño), "En el aire, sin saberlo" (El Show de truman)... aunque hay películas en las que el título ya es suficiente planteamiento: "Salvar al Soldado Ryan", "En Busca del Arca Perdida", "Asalto al Tren del Dinero"...

Si a eso le añadimos el TEMA que queramos tratar es más que probable que estemos definiendo el caldo de cultivo en el que las cosas se van a desarrollar. ¿Cuál es el TEMA en...

Scarface: La ambición hasta el límite.

El Golpe: Los engaños.

Romeo y Julieta: El amor que lucha contra los obstáculos.

En tu lista de películas intenta encontrar el tema en cada película, y también si te ha llevado a alguna CONCLUSIÓN.

Scarface: La ambición absoluta corrompe absolutamente.

El Golpe: Si te mezclas con timadores, acarabarás timado.

Romeo y Julieta: El Amor no debería tener barreras.

La CONCLUSIÓN nos adelanta cómo acabarán las historias, o al menos qué lección vamos a sacar. Esto es tremendamente útil para saber hacia dónde va nuestra historia, cual es el fín del camino.

Ahora intenta inventarte tu propia historia con estos tres elementos, TEMA, CONCLUSIÓN y PLANTEAMIENTO, pero después ordénalos así: PLANTEAMIENTO, TEMA, CONCLUSIÓN.

Este sería mi ejemplo:

TEMA: La venganza.
CONCLUSIÓN: La culpa de que nos salgan mal las cosas es sólo nuestra.
PLANTEAMIENTO: Un grupo de cómicos decide poner bombas en la Cadena de Televisión de la que han sido despedidos.

Si lo colocamos al revés ya casi tendríamos el argumento de nuestra película, rellenando los huecos para que todo tenga cierta lógica:

Un grupo de cómicos decide poner bombas en la Cadena de Televisión de la que han sido despedidos. Buscan vengarse de aquellos a los que han hecho ganar dinero y ahora les desprecian. Después un climax en el que han de decidir si matan al público asistente a una importante gala, descubren resignados la cruda realidad: Ya no tienen gracia. El público, y por tanto la cadena, son perdonados y los cómicos asumen su parte.

Tampoco estamos desvelando detalles que después debemos decidir: ¿Acaba bien? ¿Acaba mal? ¿Vuelan la cadena matando a su público? ¿Descubren una nueva forma de hacer reir? ¿Mueren en el intento?¿Se reciclan como actores de carácter?

Ahora inténtalo tú con tu propia historia. Intenta no ser demasiado preciso, es mejor ir descubriendo los detalles a medida que profundizas en tu guión, porque entonces ¿dónde estaría la gracia?. Sólo nos hace falta una brújula para saber hacia dónde te diriges.

Recuerda que todos los caminos conducen a Roma. Busca aquel camino que nadie haya pisado antes.

martes, 16 de junio de 2009

2.4 - Pero... ¿no debería tener sentido todo esto?

Tenemos un personaje que busca su deseo y unos obstáculos se lo impiden. ¿Eso es todo? Bueno, deberíamos aprender algo en el camino. Llámalo moraleja, conclusión, lección...

Al salir del cine nos solemos quedar en silencio, reflexionando sobre lo que nos acaban de contar. Es verdad que no todas las películas tienen vocación de enseñar o aleccionar. La mayoría nos ofrecen un divertimento y poco más, pero entonces nuestra historia se reduce a un cúmulo de anécdotas más o menos vistosas. No hay enseñanzas en lo que hemos visto, las aventuras del personaje nos han aportado poco o nada... y son películas que se venden bien, como las de James Bond. Pero el género aventuras se enfrenta contínuamente al reto del más difícil todavía.
Este tipo de historias se acaban convirtiendo en un cúmulo de ocurrencias cuyo interés se confunde con el espectáculo y sólo se me ocurre cómo evitarlo: Dando sentido a todo lo que ocurra.

Y al llegar a esto volvemos a lo anterior: ¿no debería tener sentido todo esto?

Scorsese, entre otros, nos dice que deberíamos tener un TEMA, algo sobre lo que quisiéramos hablar (la soledad, la ecología, el sacrificio, la pérdida de valores) y sobre eso deberíamos tener una idea clara, una postura bien definida sobre lo que opinamos. Eso es el meollo de todo, la lección que vamos a aprender, la reflexión que tengamos cuando salgamos del cine, la CONCLUSIÓN. Y si está bien argumentada puede que lo que queramos decir, cualquier idea, por loca que ésta nos resulte, sea creíble.

Si decimos: FUMAR MATA, podemos exponer nuestra historia con un montón de gente que sufre enfisemas y toses crónicas. Pero si nos atreviésemos a declarar FUMAR CURA, seguramente más de uno nos saltaría al cuello, pero hipotéticamente bien podríamos buscar datos que nos apoyaran en nuestra premisa: hay gente de más de cien años que ha fumado toda la vida; el fumar provoca una pátina en los bronquios que protege contra los virus; lo que realmente es malo del tabaco son los aditivos que las tabacaleras añaden para conservar el frescor y el sabor, sin contar con la lejía que tiene el proceso de fabricación del papel; no a todo el mundo le afecta el tabaco por igual... en fín algo que pudiéramos demostrar. Lo más seguro es que nuestra historia derive en un canto a la desinformación, pero en definitiva para eso usamos el ARGUMENTO, para argumentar nuestras ideas.

Piensa en tu idea que creas merezca la pena compartir con el resto de la gente, algún punto de vista que consideres sólo tuyo. No tiene porqué ser expresado como una ley (Si matas, te acabarán matando). También puede ser algo como una pregunta ( ¿Porqué las relaciones son tan complicadas? ) o como un juicio de valores (Los alemanes votaron a Hitler: Todos los alemanes son responsables).

Esa conclusión al final puede aparecer como una pincelada apenas perceptible o desviarse totalmente cuando la desarrollas, lo cual no deja de ser interesante. Lo que hay que tener en cuenta es la utilidad que ésta CONCLUSIÓN va a tener a la hora de desarrollar nuestro guión, afectando a las decisiones de nuestros personajes a lo largo de la historia. Luego veremos cómo hacerlo sin que parezca un panfleto y hacerlo creíble.

martes, 9 de junio de 2009

2.3 - Sobre el deseo del personaje, o sea, La Meta

La mejor forma de identificarnos con el deseo del personaje es conocer a fondo las dificultades, lo que puede sacrificar, los conflictos que surgirán, en resumen, lo mucho que le va a costar conseguirlo.

McKee nos dice, y en eso discrepamos, que el deseo se debe plantear como la necesidad del personaje de recuperar un equilibro ante algo que lo ha desequilibrado. Yo no lo creo así, hay muchos otros tipos de historia en que esto no es necesario: el inspector que ha de atrapar al asesino, los soldados que han de tomar la colina, el arqueólogo que ha de encontrar la reliquia, el explorador que ha de llegar a donde antes nadie llegó, el boxeador que quiere ganar... en todos estos casos los personajes se comportan haciendo "lo que tienen que hacer" ya que forma parte de su naturaleza. El interés va a venir con las dificultades de la empresa y todos los obstáculos que se nos vayan presentando.

Esos deseos, esas metas a cumplir ¿cuándo deben ser expuestas? Lo antes posible, pero nunca antes de tiempo. Parece una contradicción, pero hay que tener en cuenta lo que está en juego antes de saber qué ha de hacer nuestro protagonista. El inspector puede ser novato, de hecho es aún un estudiante, pero ha de ir a la boca del lobo (El Silencio de los Corderos), en otros casos podemos ir conociendo a nuestros soldados protagonistas después de haber sido planteada la meta (Un puente muy lejano), o esperar a conocer al perdedor al que le van a ofrecer el título de los pesos pesados (Rocky). Pero hay un límite a la hora de esperar:

Hay que plantear la meta cuanto antes, pero nunca antes de tiempo, y jamás después de media hora.

El público se cansa, se desorienta. Quiere saber "hacia dónde va ésto". Aunque puede haber trucos para aguantar la atención hasta entonces:

Una meta falsa o un objetivo secundario nos puede servir para ver cómo son nuestros personajes y de paso ir avanzando en la historia, sobre todo si nuestro punto de partida está demasiado lejos de nuestra línea de llegada.

En Matrix, Neo es un hacker que se gana la vida pirateando programas, hasta que unos misteriosos mensajes llegan a él, avisándole que está en peligro. Inmediatamente unos hombres del gobierno le detienen y le interrogan, pero ocurre algo sobrenatural, durante el interrogatorio, Neo se queda sin boca. Para colmo una especie de bicho biomecánico es introducido por su ombligo. Más tarde conoce a Morfeo, un supuesto peligroso delincuente que le enseña que la realidad en la que cree vivir Neo es una realidad virtual falsa. En el mundo real, la gente vive en estado de sueño permanente, alimentando con las descargas eléctricas de sus neuronas a las máquinas que son las que gobiernan el mundo y Neo ha resultado ser el elegido para destruirlas.

Si empezamos con Neo descubriendo el pastel no nos lo creeríamos o nos resultaría demasiado alejado de nuestra realidad para interesarnos, de manera que hemos de poner una alfombra roja que nos guíe hasta nuestra meta, adelantando alguna que otra pista: Trinity puede dar saltos de un edificio a otro y desaparace cuando habla por teléfono. Los hombres del gobierno no les sorprende esto y además tienen una habilidad sobrenatural para descubrir cosas.

No siempre se consigue la meta, pero en cualquier caso debe de haber al final una lección aprendida, o que se consiga algo de valor o nos daría la sensación de que quedan preguntas sin responder.

En La Noche de los Muertos Vivientes (el que no quiera saber cómo acaba que no siga leyendo) los zombis van matando a un grupo de personas hasta que quedan aislados en una casa en el campo. La pregunta es ¿quién se salva? ¿quién se muere? pero sobre todo ¿se salvará alguien? Es entonces cuando sólo queda un personaje y llega, al fin, la Guardia Nacional disparando a los zombis desde helicópteros. Cuando nuestro héroe se asoma a mirar por la ventana... éstos le toman por un zombi y le acribillan a balazos.

Aquí puedes ver la peli entera en su versión original:

http://www.youtube.com/watch?v=jfShkumjeq8&feature=related

Realmente nos da lo mismo la suerte de los personajes, es más intensa la sensación que se nos queda cuando acaba así. Pasamos a "Bueno, después de todo se merecía sobrevivir" a "Qué estúpido es el ser humano".

Otro final sin que el protagonista acabe bien: Avaricia (Erich von Stroheim, 1924) Su objetivo, vengarse del hombre que le robó su dinero, nada menos que 5.000 dólares de los de antes. Acompaña a una partida de hombres que le buscan hasta que llegan al desierto, entonces...



¿Se te ocurren otros ejemplos en los que el protagonista no logre su meta, pero aún así te haya gustado la película?

martes, 2 de junio de 2009

2.2 - Sobre los conflictos.

Si nos ponemos escribir un diario, ¿qué partes del día escogemos? Seguramente lo más importante, acontecimientos excepcionales como "me han subido el sueldo", "ella me ha besado", "hicimos el amor en el ascensor", u otros grandes momentos del día, que en el fondo son los que todos esperamos llenen nuestro día a día.

Pero la realidad es que esos momentos no ocurren todos los días. Lo más destacado seguro que es algo tipo "llegué a tiempo para coger el autobús", "la peli que ví en la tele estuvo bien", "llamó mi madre: que al final no la operan"... ¿Qué nos ha pasado? ¿Era así como esperábamos vivir?

La vida está llena de maravillas. Lo que creo es que se nos dan dosificadas con la intención de que sepamos valorarlas. En las películas ocurre lo mismo: hasta que llegan esos momentos, llenamos el resto del tiempo con otras cosas. ¿Y de qué nos acordamos? No de aquello que sale bien, sino de aquellos incidentes que hacen que nuestra historia cambie de rumbo: los obstáculos que se nos plantan ante nuestros deseos y nos hacen tomar nuevas decisiones.

Los obstáculos provocan reacciones en nosotros y eso nos define como personas, y también, del mismo modo, como reaccionen los personajes en nuestras historias eso revelará al personaje.

¿Te crees que te conoces? Seguro que te has sorprendido para bien o para mal en algunas ocasiones. Frases como "tenía que haberle dicho lo que pensaba" ó "la próxima vez aprenderé a tener la boquita cerrada", son pensamientos habituales. Ante un conflicto reaccionamos como somos. Si no pensamos lo que decimos, decimos lo que pensamos.
Podemos definir cuatro tipos de conflicto:

Conflicto interior. Donde el peligro somos nosotros mismos y nuestra capacidad para resolver la situación: ¿Sabré hacer esto? ¿Aguantarán mis piernas la Maratón? ¿ Me atreveré a pedirle que salga conmigo?

Conflicto personal. Donde lo que nos impide nuestro deseo son otras personas: Deseo estar con ella, pero entonces no me ocuparé de mi trabajo. Este jefe que tengo me la tiene jurada: me va a tener currando hasta las tantas y no podré ver el partido. Ese conductor ya me está cabreando. Este tío quiere que le dé mi cartera, pues se va a llevar una sorpresa cuando vea lo que hay.

Conflicto social. La sociedad en la que se desarrolla la historia está en contra de lo que quiere el personaje. Puede ser un pueblo, las normas de la oficina, la política del departamento, el reglamento de la universidad... suele venir representada con un personaje que lo simplifique: el alcalde en "Tiburón", la malvada doctora en "Alguien Voló Sobre el Nido del cuco", etc.

Conflicto con el entorno. Son las propias fuerzas de la naturaleza las que nos impiden llevar a buen término nuestra meta: El desierto si hemos de atravesarlo, un huracán, el mar, una jungla llena de bichos...

Un ejemplo perfecto nos lo expone Robert McKee en su libro El Guión. La historia transcurre en África Oriental, en plena época de sequía. Los cultivos se mueren, los pastos se secan y el ganado está famélico; la gente agoniza. A esta aldea llega un hombre que dice ser "un hacedor de lluvia". A este personaje se le plantean diversos conflictos:

Conflicto interior. Es un hacedor de lluvia, conoce los secretos de la magia, pero... nunca antes lo ha hecho. Tiene dudas ¿esto no será una superstición más?

Conflicto personal. Se enamora de una chica del pueblo, pero al ver que él no confía en sí mismo, se produce un distanciamiento en su relación.

Conflicto con la sociedad. Algunos creen en él. Otros le quieren echar a pedradas.

Conflicto con el entorno. No llueve. Sequía.

Observemos lo siguiente: Si este personaje logra que llueva hará que se soluciones sus conflictos de un sólo golpe: Llueve, luego la gente ya no morirá de hambre y sed. La sociedad le agasajará y aquellos que dudaron de él le pedirán perdón humildemente. La chica vendrá a sus brazos dispuesta a comérselo a besos y él... bueno ¿cómo te sentirías tú si te vieses en una situación parecida?

Este video de Cadena Perpetua nos muestra un personaje con todos los conflictos muy bien expuestos. Y cómo no es capaz de superarlos.

¿Has visto dónde están los conflictos?

El conflicto interno nos muestra un Brooks asustado de enfrentarse a un mundo ajeno a lo que ha vivido casi toda su vida. Tiene pesadillas. No sabe dónde está. Además ya es viejo, le duelen las manos casi todo el rato.

El conflicto personal están con los personajes del encargado y de la señora que le pide que tenga más cuidado, ya que última vez "casi" se le rompe la bolsa del peso, humillándolo. Sabemos que odia al encargado ya que está pensando en pegarle un tiro.

El conflicto social, implícito en toda la escena, lo vemos con un Brooks que "no le gusta estar aquí" y también cuando echa de menos a su amigo Jake, el cuervo, nos dice lo sólo que está.

El conflicto con el entorno lo vemos con la cantidad de coches que "están por todas partes" y que "todo va muy rápido".

Seguro que ya te habías dado cuenta de todo esto, así que no tengo que añadir más.